Después de una no muy buena noche, a las 6 am tratamos de buscar un café , pero el domingo no abre nada hasta las 10 am. Nuestra idea era tomar el ferry que va desde Chile Chico a Puerto Ibañez y ahí empezar nuestro retorno hacia Puerto Cisnes, donde teníamos que tomar un ferry hacia Quellón el día subsiguiente. Pero el bombero de la Copec nos informó que el ferry salía a las 3pm y que si no teníamos ticket era difícil conseguir cupo. La otra opción viable era pasar por Argentina y en 3 hrs aproximadamente, estar en Coyhaique. Y otra vez teníamos el problema de los certificados de salud!!!
Nos fuimos al paso fronterizo Río Jeinimeni a ver si podíamos hacer algo y realmente tenemos que agradecer al SAG de Chile Chico y por sobre todo a su jefe Cristián Lozano, que justo estaba de turno en la frontera, quien llamó a una veterinaria ( Catherine)para que nos hiciera el certificado de salud ahí mismo! Afortunadamente los canes ya no estaban con tos y lo pasaro sin problemas. Así que gracias a la diligencia y la buena onda del SAG , cruzamos a Argentina.
En el control fronterizo no tuvimos ningún inconveniente .Los perritos fueron controlados por gendarmería porque SENASA ( el SAG argentino) no trabaja los domingos.
Nuestra primera parada fue en Los Antiguos. Nos encontramos con un pueblo bastante preparado para recibir a turistas. De hecho aceptan pesos chilenos y hasta dan vuelto en pesos chilenos!!
Decidimos, aprovechar de almorzar ahí mismo puesto que incluso encontramos un restaurante pet-friendly que nos permitió estar con Merkén y Ontuán en la terraza interor: El Negro B
Después de un rico almuerzo seguimos por una super buena carretera hasta Perito Moreno, para después tomar la ruta que nos llevaría al paso de Balmaceda. Sin embargo nos pasamos de largo hasta Rio Mayo y optamos por irnos directamente a Coyhaique.
A diferencia de la carretera principal, la ruta es de ripio y no está muy buena.
Estábamos en plena pampa y se pueden obsevar ñandúes en el camino.
Llegamos por fin al paso fronterizo ansiosos de llegar a Coyhaique y buscar un lugar cómodo para dormir. El cambio de paisaje es casi inmediato al cruzar la frontera y volvimos a ver verde y agua.
Esta vez no nos quisimos arriesgar y nos fuimos directo a Turismo Ayelén Patagonia, las mismas cabañas donde nos habíamos quedado antes. Y por suerte había cupo! Así que a descansar!