Día completo en los alrededores de Hornopirén, incluyendo incursión hacia
Pichanco, bordeando Parque Nacional Hornopirén
Sol en Hornopirén, pero Merkén amaneció enfermo con tos. No sabemos si fue el chapoteo en el agua sureña o algún tipo de alegia, pero el pobre está con molestias, aunque bien de ánimo. Creemos que es la señal definitiva para no ir a Argentina. Nos vamos a quedar en Chile entonces y nos replantearemos el resto del viaje. Decidimos ir a reconocer el pueblo e ir en busca de un veterinario que nos pueda revisar al Merkén y darle algo para su tos: de los dos veterinarios que hay en el pueblo, uno está de vacaciones y el de la municipalidad fue inubicable.
Pero no importa, tenemos cuello de polar y a pasear!
Hicimos un recorrido por la costanera con un cielo un poco más nuboso. Pretendíamos no bajar a la playa porque no queríamos que se mojaran
Pero miraban el agua con tanta ansiedad, que nos convencieron. Ontuán obviamente se bañó y corrió feliz. Nos preocupamos de secarlos bien eso si.
Ya era hora de almuerzo y se nos venía el tema de siempre: encontrar un lugar para comer donde nos aceptaran a todos. Muy cerca del embarcadero estaba el restaurant "El Orion" que si bien no tiene mesas afuera, tiene un estacionamiento muy amplio donde pudimos "estacionar " a los cachorros mientras comían su "Duro de Roer" de Purina y nosotros comíamos un rico pescado.
Ya cubiertos iniciamos nuestro paseo de la tarde. Nos habían hablado de la Caleta Cholgo y Pichanco, pero para llegar allá teníamos que pasar por el Parque Nacional Hornopirén a cargo de la Conaf, por lo que temíamos que no nos dejaran entrar (los perros no pueden entrar a los parques nacionales). Sin embargo, no había caseta en la entrada, el acceso es libre y los perritos iban adentro del auto y no tuvimos inconveniente.
Este es el tipo de paisaje que se encuentra en el camino!!!!!
LLegamos a Caleta Pichanco donde hay un embarcadero y el agua parece una piscina. Los valientes incluso decidieron tirarse un chapuzón a las gélidas aguas mientras Merkén y yo los observábamos desde el embarcadero. Realmente lindo y tranquilo. Después empezó a llegar más gente local con sus perros, asi que nos dimos cuenta que era un paseo habitual para los canes.
Ya de vuelta en Hornopirén, fuimos al embarcadero para reconocer el lugar donde se toma el ferry que nos llevará a Caleta Gonzalo para seguir a Chaitén.
Según nos informan, teniendo reserva ( que tenemos) hay que llegar cerca de de las 8:00 am para embarcarse en el ferry de las 8:30 am
Vamos a cerrar el día con un rico café de verdad ( lo necesitábamos) y kuchen en Faro's cafe (justo al lado del embarcadero. Abierto desde las 6am!) Donde nos dejaron disfrutar en la terraza con los cachorros!!!!!!